Preparar un buffet de postres que complazca a la mayoría de todo el mundo no es fácil, pero cuando además se trata de hacerlo con sabores a los que nuestros paladares no están acostumbrados, el reto se complica. Me gusta este tipo de esperiencias, sobre todo cuando salen bien y el cliente queda enteramente satisfecho al momento después de degustar cada pastel. Esto es lo que ocurrió ayer por la noche en el día en que los estudiantes del colegio en el que trabajo recibieron su diploma y consiguieron graduarse. Para celebrar la ocasión pudieron disfrutar de un gran abanico de texturas, colores y aromas traidos de Japón. Aqui os presento el menú de sobremesas que preparamos:
- Sushi dulce de mango, fresas y aguacate
- Cuchara de melón al te jazmín
- Cuchara de gelatina de litchi y rosas
- Taza de gelatina de te matcha, polvo de bizcocho de te matcha y falso caviar de sake
- Taza de crema de yuzu, falsa tierra de frutos secos y mousse de mandarina y jazmín
- Pastel de te matcha
- Doriyakis con crema de castañas
- Mochis de oso panda de masa de judias blancas relleno con masa de judias rojas
- Tejas de sémamo blanco y negro
- Piruletas de mango y manzana verde
- Nubes de frambuesa y fruta de la pasión
- Tarta de frambuesa
- Tarta de chocolate blanco, sésamo y te jazmín
Todo ello adornado con una pieza de chocolate, que ya presenté en mi anterior artículo del blog y dos fuentes de agua, una grande de piedra y otra con una estatua de Buda en medio de las tartas. Estas fueron las únicas cosas que no desaparecieron de la mesa. Espero que tanto el menú como las fotos os hayan gustado y que pronto pueda seguir disfrutando preparando otro evento o fiesta y pueda presentaroslo. Hasta entonces a pasarlo bien y a comer pastelitos.
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