sábado, 29 de noviembre de 2014

Jóvenes promesas

La mejor forma de saber que es lo que se quiere ser uno de mayor, es probando diferentes oficios. Eso mismo es lo que han hecho estos pequeños portentos, que trabajaron duro todo un día en la pastelería para demostrar que están a la altura de cualquier pastelero que se aprecie. Al final de la jornada pudieron decorar sus tartas de frambuesa y llevárselas a casa para disfrutarlas con sus familias y amigos.
Quizás hayan sido los aprendices más duros con los que me haya enfrentado en mi vida, pero no cabe duda que son los más simpáticos. Espero que se lo hayan pasado genial en este día y que les sirva para poder decidir más tarde qué es lo que quieren ser cuando sean grandes.
Lo que está claro es que con muchas ganas y mucho trabajo cualquiera de ellos llegará a ser lo que desee. Un saludo a todos y hasta pronto.  








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